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Sin poemas de amor, ¿y una mujer desesperada?

Estimado i,

Quizás soy "gente que pueda que conozcas"... pero no. Muy amables palabras, de todos modos. Alguna utilidad parece tener esa función.

¿Coincidencias perfilísticas? UBA, pero ni sociología ni licenciada. Comunicóloga to be.

Soy hija de las tefloneras de Palermo, hermana de un emo y una flogger, y sobrina de un tipo que alguna vez militó en la JP, que ahora es director de una multinacional y votó a Macri "porque como el tipo sabe de empresas"...

Bueno, nada de eso, pero sólo por vivir en este barrio debería tener un perfil afin, ¿no? Así que ahí tiene, caballero.

También juego a que soy periodista. Me divierte a veces, a veces me da... ¿Cómo dicen los jóvenes de ahora? ¿Paja? Sí, paja. Grosería absurda e innecesaria, pero ¡qué bien que describe el sentimiento de vagancia por amor a la vagancia!

Es que cuando a uno le toca escribir y escribir a veces no resulta tan fácil, sobre todo cuando la noche lo encuentra diciendo "¿y la musa dónde está?" y no termina en un "¡acá ta!".

Cuando digo musa no se imagine a una redonda y desnuda mujer que me mira desde el rincón mientras presiono las teclas de la computadora. No. Una musa puede ser un té negro casi sin azúcar o el olor a orégano que viene de la cocina, porque a mi hermana flogger le gritaron que se deje de sacar fotos y la mandaron a llenar el frasco. ¿Qué puede saber esta dama?

El punto de tanta letra era explicar que cuando uno sabe que no tiene inspiración se le hace más difícil sentarse a escribir. La vagancia no pasa por no querer trabajar, sino por no querer tardar horas en lo que tardaría unos cuántos minutos si estuviese aceitado. Pero hay que sentarse, qué se le va a hacer.

Como podrá leer, "la seguimos".

Espero que esté bien, y que no se tropiece cruzando los pies en el tango.

Que termine hermosamente la semana.

JL.

PD. Qué linda son las cartas, ¿no?

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