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Aluvión al zoológico

Acto de las entidades del campo en Capital Federal

Los que fueron, los que fueron en masa, y los que fueron en masa y no se enteraron. Tarde a puro sol en Palermo, con Buzzi de 10 y De Angeli de 9, aunque todavía no se sabe cómo sigue la temporada más allá del campeonato.


Plaza Italia parecía Nuñez antes de un partido de la Selección de fútbol. Como hormigas envueltas en celeste y blanco, hombres, mujeres, niños y perros caminaban apurados no para a ver a Messi y a Tévez, si no a Buzzi y a De Angeli. Era martes 15 de julio a las 3 de la tarde, y estaba por empezar el acto organizado por las cuatro entidades del campo al frente del conflicto por las retenciones móviles a las exportaciones de cereales.

Pero el espectáculo era más atractivo que esos dos dirigentes de la Federación Agraria convertidos uno en referente político y el otro casi en un personaje de folletín, que no por pintoresco ha sido menos influyente en la opinión pública.

Hombres que alguna vez pararon a la orilla de la ruta porque había una solitaria vaca; estudiantes sin sus padres y estudiantes con sus padres, que habían viajado cientos de kilómetros para estar en Libertador y Sarmiento; señoras con arrugas y señores casi sin pelo pero sin canas; militantes del MST y de la Corriente Clasista y Combativa; peronistas y radicales; ex peronistas y ex radicales; “gente bien” que aclamaba ser el “pueblo”, aunque “¿el pueblo dónde estaba?”, se preguntaban en animados cánticos. Provincianos y porteños, todos comprometidos, afectados, en apoyo, o simplemente perdidos en los bosques de Palermo. Había asistentes para todos los gustos, de todos los colores y de todos los tamaños.

También había señoras sin arrugas que parecían haber visto fantasmas. ¿El de un ex presidente? ¿El de aquel que propuso dejar de robar por dos años? No, con esos dos no se asustaron. Eran alrededor de las cuatro de la tarde y la gente, como hermana Clarín, empezó a aplaudir a Luis Barrionuevo mientras entraba con su columna gastronómica por atrás del escenario.

Si alguien les hubiese dicho a esas señoras estiradas por gracia no tan divina que es posible que se hayan visto en el acto involuntario de chocar sus palmas y producir sonido; si alguien al pasar les hubiese dicho que cuando eso sucede y uno está rodeado de tantas personas se puede explicar científicamente al fenómeno como efecto de masa; si ese alguien les hubiese dicho que en ese momento eran parte de la masa irreverente en la que es difícil controlar los impulsos individuales porque se convierten en colectivos, ¿hubiese aplaudido, señora? Tal vez la bienvenida fue consciente, tal vez simplemente no les hubiese importado.

Fue un día difícil para el tránsito e histórico para las organizaciones del agro, que en estos últimos meses movilizaron a más personas que otras tantas pujas político-económicas. Muchos estaban ahí por una lucha concreta, pero eso no fue lo que unió aquella tarde a las 150.000 personas que participaron. Estaban ahí para oponerse a algo, no para tirar para el mismo lado. Fue un verdadero aluvión, pero más allá de colaborar a la coyuntura, aún no se sabe bien hacia adónde.



J.L.

Las fotos son de Sol Dabbah, cronista fotográfica de turno. Gracias Sol!!!!!!
Nota que salió en www.portalreconquista.com.ar de la semana pasada.

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