Qué loco esto del afamado "campo", que no es más que un compendio de intereses que intentan no ser financieros... ¿pero qué intentan ser? Es que, apenas llegué a Sarmiento y Libertador, un hombre de unos 50 años me alcanzó a mi, y a una veintena de personas, una carta en la que expresaba su opinión, denuncia y pedido a la ciudadanía porteña. O a la que asistía al acto, por los menos. El título de la nota era algo así como "Por una Argentina libre, cristiana y..." algo más que se me escapó en este instante de la memoria y que, después de tantos días de ver ese papel blanco sentado en mi escritorio, me doy cuenta de que ya debe haber sido pesado por algún cartonero del otro lado de la General Paz. ¿Cuántos gramos habrá señalado la balanza? El punto de todo esto es concentranos por unos instantes en la palabra "cristiana". Chocante, aunque tal vez demasiado obvia. Porque cuando era chica me enseñaron muchas cosas, y una de ellas fue que de la "moral cris...
Un poco de chancho. Otro poco de rosa.