A la causa por administración fraudulenta en contra de la directora de EGB 1 y EGB 2 de la escuela Gral. Belgrano, se sumó documentación que ratifica irregularidades en el manejo del laboratorio de computación, entre otras cosas. El expediente se había abierto el año pasado. Los querellantes son los mismos padres.
Por Julieta LuceroAparecieron nuevas pruebas en contra de Amelia Burgos de Vargas, actual directora de la escuela N° 4703 General Manuel Belgrano. Los documentos serán presentados el martes próximo en Ciudad Judicial y se sumarían a la causa por administración fraudulenta que se le abrió en julio de 2008, por el faltante de 7.373, 78 pesos de la caja de la cooperadora del establecimiento. Según el Reglamento General de Escuelas, todo dinero que pase por el colegio debe ser manejado por miembros de esa comisión de padres, pero durante años la regla no se cumplió.
En esta ocasión, los datos refutan las declaraciones que la directora hizo en septiembre pasado a la Justicia, respecto a lo que no rindió en el informe contable anual de 2002, relacionado a la muestra de la Reserva Fitozoológica Carlos Pelegrini que contrató ese año. El destino de los fondos, según explicó, era para cubrir gastos de la construcción del laboratorio de ciencias naturales, que ya estaba hecho para esa fecha. A esta documentación, se suma una declaración hecha el lunes pasado en la Dirección de Personal de la provincia, que la acusa de no haber pagado los sueldos a los docentes del área de computación, a pesar de haber recibido el dinero en mano de la encargada de recaudarlo.
No, señorita maestra
Según consta en la indagatoria con número de expediente 105316/8, Burgos justificó la falta de documentación en el informe 2002 diciendo que “la rendición de gastos no se realizó, porque no tiene nada que ver con la cooperadora” y que “lo recaudado por la exposición sirvió para armar el proyecto de construcción del laboratorio de ciencias naturales, rendición que fue pública”. Las pruebas que se entregarán al Juzgado de Instrucción Formal la semana próxima demuestran que el espacio para la asignatura naturales se construyó en 2001.
Por un lado, está la factura que el 8 de marzo de ese año emitió la empresa de construcción metálica y civil MAT-FER, a nombre de la “Cooperado de la Escuela Normal”, por el monto de “un mil cuatrocientos siete con 50/100” y en concepto del primer pago, “anticipo de obra en laboratorio de ciencia en Escuela Normal”.
Por otro lado, el contrato de locación de obra, firmado por el ex presidente de la cooperadora del Belgrano, Norberto Chocobar, y el ingeniero Jorge Pinto, profesional a cargo del proyecto, tiene como fecha para la última entrega de dinero a la empresa el 12 de junio de 2001. Las cuotas establecidas eran tres, de 1.407,50 cada uno. El monto total de la obra, 5630 pesos.
Informática
La segunda irregularidad fue expuesta la semana pasada por Nelda Rosana Valdiviezo, madre de un alumno de la institución y presidenta de la Asociación Cooperadora de la escuela. “Cuando fui a la Dirección de Personal a consultar por qué se había atrasado un mes la entrega de la citación a declarar para el 7 de abril, que me llegó el 14 de mayo, me pidieron que me quedara para hacer la declaración testimonial. Mientras hablaba, me preguntaron si la cooperadora tenía el manejo económico del laboratorio de computación”.
El proyecto de este segundo laboratorio, que menciona la directora en la declaración ante la Justicia, del 17 de septiembre de 2008, se hizo con fondos compartidos. “La cooperadora aportó el moviliario, las impresoras, la instalación eléctrica y un par de computadoras, mientras que el resto del equipo, unas diez máquinas, fue cubierto por un plan instrumentado a través de el Ministerio de Educación provincial”, explicó Norberto Chocobar. “El plan social educativo”, según dijo Burgos.
La presidenta de la cooperada negó que en este caso el dinero haya sido manejado por ellos, a pesar de que el Reglamento General de Escuelas nada dice respecto a una posible función de lo directora en relación al manejo de fondos. El capítulo seis, artículo 483, de ese texto sólo afirma que “el director de la escuela es el asesor por antonomasia de la cooperadora escolar”, vínculo entre ese ente autárquico formado por padres y la comunidad.
Valdiviezo agregó que, según le confirmó la vicedirectora de EGB 1 y EGB 2, del turno mañana del Gral Belgrano, Nancy Sajama, Burgos habría firmado pagarés para saldar la deuda con las dos profesoras a cargo del taller de informática, que no habrían recibido el sueldo de junio de 2008 en adelante. En octubre de ese año, el laboratorio ya no funcionaba. “Pensábamos que era por los paros, pero nos enteramos hace poco que no les habían pagado”, explicó la presidenta de la cooperadora.
En la declaración testimonial, Valdiviezo pide que citen a Sajama para confirmar sus dichos, a las maestras en cuestión, y a una persona de administración de la tarde, que puede dar más datos. Además, aportó información de personas que querían contar lo sucedido, como la encargada de recibir el dinero proveniente de los alumnos para pagar los sueldos y realizar el mantenimiento del laboratorio. Es la misma que se lo entregó en mano a la directora. Al parecer, existen fotocopias que confirman el traspaso de dinero.
Las denuncias contra Amelia Vargas de Burgos se siguen acumulando y la Justicia, lenta. Una causa penal y un sumario hecho por el estado no son suficientes para removerla del cargo de directora hasta tanto la Justicia se expida al respecto. La información parece suficiente para decir que no es inocente.
Mientras tanto, Burgos sigue recaudando fondos a través de rifas, obras de teatro, alquiler del salón de actos de la escuela y ferias de platos, como la que se realizó ayer, a cargo de la “Cooperadora Paralela”. Así se hace llamar la comisión integrada por algunos padres del turno tarde, que se formó gracias a la intervención de la vicedirectora de EGB1 y EGB2 de ese horario, Nilda Aquino. Así, la directora apoya un grupo que no fue elegido según el estatuto de la cooperadora y sigue juntando dinero que también le entrega en mano.
En esta ocasión, los datos refutan las declaraciones que la directora hizo en septiembre pasado a la Justicia, respecto a lo que no rindió en el informe contable anual de 2002, relacionado a la muestra de la Reserva Fitozoológica Carlos Pelegrini que contrató ese año. El destino de los fondos, según explicó, era para cubrir gastos de la construcción del laboratorio de ciencias naturales, que ya estaba hecho para esa fecha. A esta documentación, se suma una declaración hecha el lunes pasado en la Dirección de Personal de la provincia, que la acusa de no haber pagado los sueldos a los docentes del área de computación, a pesar de haber recibido el dinero en mano de la encargada de recaudarlo.
No, señorita maestra
Según consta en la indagatoria con número de expediente 105316/8, Burgos justificó la falta de documentación en el informe 2002 diciendo que “la rendición de gastos no se realizó, porque no tiene nada que ver con la cooperadora” y que “lo recaudado por la exposición sirvió para armar el proyecto de construcción del laboratorio de ciencias naturales, rendición que fue pública”. Las pruebas que se entregarán al Juzgado de Instrucción Formal la semana próxima demuestran que el espacio para la asignatura naturales se construyó en 2001.
Por un lado, está la factura que el 8 de marzo de ese año emitió la empresa de construcción metálica y civil MAT-FER, a nombre de la “Cooperado de la Escuela Normal”, por el monto de “un mil cuatrocientos siete con 50/100” y en concepto del primer pago, “anticipo de obra en laboratorio de ciencia en Escuela Normal”.
Por otro lado, el contrato de locación de obra, firmado por el ex presidente de la cooperadora del Belgrano, Norberto Chocobar, y el ingeniero Jorge Pinto, profesional a cargo del proyecto, tiene como fecha para la última entrega de dinero a la empresa el 12 de junio de 2001. Las cuotas establecidas eran tres, de 1.407,50 cada uno. El monto total de la obra, 5630 pesos.
Informática
La segunda irregularidad fue expuesta la semana pasada por Nelda Rosana Valdiviezo, madre de un alumno de la institución y presidenta de la Asociación Cooperadora de la escuela. “Cuando fui a la Dirección de Personal a consultar por qué se había atrasado un mes la entrega de la citación a declarar para el 7 de abril, que me llegó el 14 de mayo, me pidieron que me quedara para hacer la declaración testimonial. Mientras hablaba, me preguntaron si la cooperadora tenía el manejo económico del laboratorio de computación”.El proyecto de este segundo laboratorio, que menciona la directora en la declaración ante la Justicia, del 17 de septiembre de 2008, se hizo con fondos compartidos. “La cooperadora aportó el moviliario, las impresoras, la instalación eléctrica y un par de computadoras, mientras que el resto del equipo, unas diez máquinas, fue cubierto por un plan instrumentado a través de el Ministerio de Educación provincial”, explicó Norberto Chocobar. “El plan social educativo”, según dijo Burgos.
La presidenta de la cooperada negó que en este caso el dinero haya sido manejado por ellos, a pesar de que el Reglamento General de Escuelas nada dice respecto a una posible función de lo directora en relación al manejo de fondos. El capítulo seis, artículo 483, de ese texto sólo afirma que “el director de la escuela es el asesor por antonomasia de la cooperadora escolar”, vínculo entre ese ente autárquico formado por padres y la comunidad.
Valdiviezo agregó que, según le confirmó la vicedirectora de EGB 1 y EGB 2, del turno mañana del Gral Belgrano, Nancy Sajama, Burgos habría firmado pagarés para saldar la deuda con las dos profesoras a cargo del taller de informática, que no habrían recibido el sueldo de junio de 2008 en adelante. En octubre de ese año, el laboratorio ya no funcionaba. “Pensábamos que era por los paros, pero nos enteramos hace poco que no les habían pagado”, explicó la presidenta de la cooperadora.
En la declaración testimonial, Valdiviezo pide que citen a Sajama para confirmar sus dichos, a las maestras en cuestión, y a una persona de administración de la tarde, que puede dar más datos. Además, aportó información de personas que querían contar lo sucedido, como la encargada de recibir el dinero proveniente de los alumnos para pagar los sueldos y realizar el mantenimiento del laboratorio. Es la misma que se lo entregó en mano a la directora. Al parecer, existen fotocopias que confirman el traspaso de dinero.
Las denuncias contra Amelia Vargas de Burgos se siguen acumulando y la Justicia, lenta. Una causa penal y un sumario hecho por el estado no son suficientes para removerla del cargo de directora hasta tanto la Justicia se expida al respecto. La información parece suficiente para decir que no es inocente.
Mientras tanto, Burgos sigue recaudando fondos a través de rifas, obras de teatro, alquiler del salón de actos de la escuela y ferias de platos, como la que se realizó ayer, a cargo de la “Cooperadora Paralela”. Así se hace llamar la comisión integrada por algunos padres del turno tarde, que se formó gracias a la intervención de la vicedirectora de EGB1 y EGB2 de ese horario, Nilda Aquino. Así, la directora apoya un grupo que no fue elegido según el estatuto de la cooperadora y sigue juntando dinero que también le entrega en mano.
Artículo publicado en el semanario político salteño Cuarto Poder, del 23 de mayo de 2009.
investiguen por favorrr, porque ahora esta directora fue premiada por el gobierno porque la nombraron supervisoraaa, no se puede creer!!!!!!
ResponderEliminarQuerido anónimo,
ResponderEliminarLa Justicia y la Dirección de Personal de la provincia de Salta la están investigando. Quedate tranquilo.
Saludos,
Luce.